Emmi Silvennoinen

Cuando te arengan desde el escenario y te dan ganas de salir a aplastar cabezas de orcos sabés irremediablemente que algo esta funcionando bien, muy bien. Tres vikingos en el frente, en primera linea de batalla, uno de atras dandole a la batuta de la guerra, marcando el ritmo demoledor de lo que fue Ensiferum, la hasta ahora mejor banda Folk del año lejos, en el Teatro Vorterix, el viernes 31 de mayo en Buenos Aires.

Con las ya conocidas y excelentes previas de EINHER SKALD, Cernunnos y ZRYMGÖLL, comenzó la noche del viernes, que poco a poco daría paso a una noche épica.

Si tomamos en cuenta las bandas folk, o temáticas, ponele Alestorm, Rhapsody, Cradle, todas son realmente buenas y todas transmiten mucho sobre el escenario, pero al menos en años, no hemos presenciado que lo que la banda plantea, transmite, transpira por excelencia se viera tan bien reflejado sobre tablas, ayer viernes realmente vimos 3 tipos, Petri Lindroos o He-man para los amigos (voz y guitarra), Markus Toivonen (guitarra y voz) y al glorioso y tal vez algo demente Sami Hinkka meterse por completo en la piel del show y lograr desperar el instinto cavernícola dentro nuestro! Desde la batería Janne Parviainen no se quedaba atrás. Lamentablemente para la gira de Sudamérica Emmi Silvennoinen no pudo hacerse presente por cuestiones personales, sus teclados fueron disparados correctamente durante el show.

En un Vorterix cargado de gente, pintadas, ropa medieval, cuernos, runas, más de 10 kilt contados (La vestimenta escocesa!) La gente coreó, gritó y se descargó todo, la coreada «Ensiferum es un sentimiento…» hace rato no se oía, que tengamos, es un escalón más arriba del clásico «ole ole» Sorprendidos, contentos y receptivos los de Helsinski se entusiasmaron tanto como el público mismo.

El primer grito de la noche fue con «In My Sword I Trust» (que revolcó a más dde uno) seguidos por » Guardians of Fate» y «From Afar» en donde volaba gente por doquier y desde el escenario Sami se fusionaba con su guitarra, la revoleaba de arriba a bajo, nos gritaba, nos emocionaba todavía más, mientras Markus hacia lo suyo y Petri poco a poco se soltaba más y más para convertirse más adelante en el show en el verdadero portador del poder del castillo Greyskull.

La noche siguió con gran nivel y quizás, solo quizás el momento más alto antes del encore (porque el encore fue otra gloria detenida en el tiempo y nuestros corazones para siempre) llego con «Victory Song» mezcla de himno, balada, alegría medieval y mucha pero mucha emoción.

A simple vista la lista de temas puede parecer poca, pero si considerás que hay temas de 10 minutos fácil, la historia es otra. Épico show, y como no nos cansaremos de decir review tras review, quizás estamos todos dañados por la economía y el golpe a la billetera, pero sinceramente experiencias como esta valen la pena, un gran saludo, un abrazo (antes del show, no después =P) a todos los que hacen el esfuerzo de estar ahí show tras show, como a aquellos que hacen posible que estas bandas continúen visitando el país!

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